Aun ahora, podía
recordar todo lo ocurrido. No lo esperaba. Él había sido totalmente claro y
tajante en otras ocasiones al respecto. Solo amigos. Por eso, cuando percibió
sus brazos rodeándola pensó inicialmente que estaba soñando. La sensación cálida y tierna de sus labios
tocándole la frente, fue tornándose en un rápido golpeteo del corazón al
penetrar la lengua hasta llegar al paladar. La desnudo sin afán, posando sus dedos con
movimientos pausados y suaves en cada zona que fue descubriendo, como si
quisiera memorizar con las yemas todas las imperfecciones de su cuerpo.
Intento hacer lo mismo
con él, pero la detuvo. Ahora, esos suaves
labios descendieron poco a poco por su cuello y lentamente
hacia sus senos, mientras con una cariñosa fuerza le impidió utilizar
las manos, haciendo que se sintiera húmeda y enloquecida al no poder acariciar
su piel.
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