Él estaba
tranquilamente sentado mientras ella le apuntaba con una pistola.
—No
lo vas a hacer.
—Yo
en tu lugar no estaría tan seguro. Me
has complicado demasiado la vida.
Él
tomó un encendedor y una cajetilla del bolsillo de su camisa. Prendió un cigarrillo y lo fumó lentamente, mientras la miraba fijamente a los ojos.
—Okey. ¿En ese caso qué esperas?
—Quiero
que admitas que te equivocaste, que me
hiciste daño y me pidas perdón.
—No
sería una disculpa sincera linda. Mira, sé que me equivoqué, pero yo deje eso
atrás hace mucho tiempo. Tú debías hacer
lo mismo en vez de complicarte. Además, insisto: No lo vas a hacer.
Ella
disparó hacia su pie derecho. Al recibir
el disparo, Eric emitió un grito de dolor, dejando caer el cigarrillo, al
tiempo que tomaba el pie con ambas manos.
— ¿Sigues
pensando que no lo voy a hacer?
—Te
has tomado demasiadas molestias para tenderme esta trampa. Aún me amas, baby.
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