He aprendido que cuando alguien se interpone en mi camino no debo
desesperarme, sino pensar cómo puedo superar en forma inteligente y con
paciencia ese obstáculo. La forma más
efectiva, ha sido teniendo un buen detalle frecuentemente con esas
personas. Los chocolates rellenos de
talio, por ejemplo. Son un poco lentos, pero efectivos. Ya llevo tres
obstáculos superados.
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